REQUERIMIENTOS NUTRICIONALES EN EL EMBARAZO Y LACTANCIA


INTRODUCCIÓN
El embarazo y la lactancia son estados fisiológicos en los que se producen importantes cambios biológicos y metabólicos que suponen un gran desgaste físico para la mujer, y que pueden incluso influir de forma definitiva en su salud. Es evidente que la formación del nuevo ser va a requerir un aporte extra de nutrientes, que proceden tanto de los alimentos que ingiere la madre como de sus propias reservas corporales.
Se puede afirmar con total certeza que la dieta de la madre tiene una gran influencia sobre la salud del bebé a corto plazo y muy probablemente también a largo plazo. En el período previo y por supuesto a lo largo de todo el embarazo es necesario mantener una dieta sana y variada que garantice un suministro regular y suficiente de nutrientes al feto.
 El cuidado de la alimentación durante el embarazo es también crucial para mantener un buen estado de salud en la madre y evitar un desgaste nutricional que puede tener consecuencias y causar entre otros trastornos anemia y descalcificación ósea.



















EMBARAZO
·         Necesidades Nutricionales
Durante el embarazo, las necesidades nutricionales aumentan, ya que la dieta debe proporcionar suficiente energía y nutrientes para:
1.       Satisfacer los requerimientos nutricionales de la madre. Permitir el crecimiento de estructuras como el útero, la placenta y los pechos.
2.       Satisfacer las necesidades para el crecimiento del feto.
3.       Permitir a la madre acumular las reservas necesarias para el crecimiento del feto y para la lactancia después del parto.
 Al igual que el oxígeno, los nutrientes pasan desde la placenta al feto gracias al cordón umbilical.
Las pautas dietéticas a establecer en la mujer embarazada están destinadas a conseguir un aumento gradual y adecuado del peso. Como media, la ganancia de peso durante el embarazo se estima en unos 12,5 kg en total. Durante las 20 primeras semanas, si la mujer come para satisfacer su apetito, ganará unos 3,5 kg, y a partir de entonces incrementará unos 0,5 kg por semana hasta el final del embarazo. Si se aumenta demasiado de peso puede producirse una subida de la presión arterial y aumentar el riesgo de ser obesa en el futuro. Es por ello que, aunque no se debe restringir la ingestión de alimentos o hacer dieta durante el embarazo, tampoco se debe incrementar innecesariamente la ingestión de alimentos hasta el último trimestre de la gestación.
También es importante tener en cuenta el peso de la mujer en el momento de la concepción. Las mujeres delgadas y que ganan pocos kilos durante el embarazo tienen 10 veces más riesgo de dar a luz un hijo de poco peso. El embarazo en las mujeres obesas en cambio supone un mayor riesgo de enfermedades perinatales, como la hipertensión arterial, la diabetes y el agravamiento de la obesidad tras el parto. Algunos autores consideran que se debe intentar reducir la ganancia de peso en la mujer obesa entre 5 o 6 kg sin riesgo para el feto, sin descender por debajo de las 1.600 a 1.800 kcal diarias.
·         Proteínas
Las proteínas son nutrientes con una función esencialmente plástica, imprescindibles para la formación del feto y para permitir el crecimiento de estructuras maternas como el útero. La ingestión de alimentos ricos en proteínas debe aumentar principalmente en los 3 últimos meses del embarazo, de forma que una restricción en este período puede repercutir en el crecimiento fetal.
Las principales fuentes de proteínas en nuestra dieta son la leche y los productos lácteos, carnes, pescado y huevos, como proteínas de origen animal; y los cereales, el pan, las legumbres y las patatas, como proteínas de origen vegetal

·         Hidratos de Carbono
La principal función de los hidratos de carbono o glúcidos es la de proporcionar energía. Las recomendaciones respecto a su ingesta no varían durante el embarazo o la lactancia, y deben ser por tanto la principal fuente de energía para la mujer gestante o lactante (50-60% de la energía total).
Hay dos tipos de glúcidos en la dieta: los glúcidos simples o azúcares, y los glúcidos complejos, el más importante de los cuales es el almidón. La cantidad de azúcares o glúcidos de digestión rápida no debe exceder el 10% de las kilocalorías totales, lo que equivale a unos 50 g de azúcar (unos 10 terrones). Se recomienda, sobre todo, vigilar la ingesta de bebidas y refrescos azucarados (un vaso de una bebida de cola o gaseosa aportan 25 g de azúcar) y tomar en todo caso el azúcar o dulces al final de las comidas en lugar de entre comidas o en ayunas, ya que en estas condiciones la sacarosa se comporta como un glúcido de digestión lenta. También hay que evitar la ingesta excesiva de fruta, que aporta cantidades de azúcar (fructosa) importantes.
Puesto que el embarazo suele asociarse a una hiperglucemia, se recomienda la sustitución de los azúcares por productos ricos en almidón, como las patatas, los cereales y las legumbres. Además, estos alimentos suelen aportar cantidades importantes de fibra alimentaria, que ayuda a normalizar el tránsito intestinal y que puede aliviar el estreñimiento que se produce en muchas mujeres durante el embarazo
·         Lípidos
Durante la gestación se deben seguir las recomendaciones generales sobre la ingestión de lípidos que se realizan a la población normal, es decir, controlar la ingestión de lípidos de origen animal, que proporcionan ácidos grasos saturados, y aumentar los lípidos de origen vegetal, que proporcionan ácidos grasos poliinsaturados (como el linoleico y el linolénico, compuestos esenciales para el hombre, ya que no los puede sintetizar y deben ser ingeridos en la dieta).
También es aconsejable potenciar durante el embarazo el consumo de alimentos que aportan ácidos grasos poliinsaturados omega-3, como las nueces, ricas en ácido alfalinolénico, y el pescado azul (caballa, arenque, salmón, sardinas), rico en ácidos grasos poliinsaturados omega-3 de cadena larga, como el ácido docosahexanoico (DHA). Los ácidos grasos poliinsaturados omega-3 forman parte de las membranas celulares. Se acumulan especialmente en el cerebro y la retina, y su aporte es esencial durante el tercer mes de gestación, cuando tiene lugar el desarrollo del cerebro. Numerosos estudios han demostrado una asociación positiva entre los niveles de ácido docosahexanoico y el desarrollo intelectual y visual del recién nacido3.
Otros consejos en relación con la ingesta de lípidos a seguir durante el embarazo son:
1.       Vigilar el consumo de alimentos que contienen cantidades importantes de grasa: leche entera, croissants y otros productos de bollería, embutido, determinados quesos, pasteles, etc.
2.      Utilizar aceite de oliva, preferentemente en la cocina, u otros aceites vegetales como el de girasol.
3.       Evitar las frituras, ya que contribuyen a las molestias digestivas en la embarazada.
Minerales
·         Calcio
Durante el embarazo se produce un paso activo de calcio de la madre al feto a través de la placenta. El calcio, que es necesario para la formación del esqueleto, procede de los alimentos que ingiere de la madre y de sus propias reservas óseas de calcio. Para evitar un desgaste excesivo de las reservas de calcio de la madre es imprescindible asegurar un correcto aporte de este mineral en la dieta.
·         Hierro
Es importante para la formación de los glóbulos rojos del feto, la placenta y el cordón umbilical. En este período, el volumen de glóbulos rojos de la madre aumenta en forma importante, es por esto que un adecuado aporte de hierro es clave para el buen desarrollo del embarazo.
Vitaminas
·        Ácido fólico
Es importante para prevenir defectos en el tubo neural del recién nacido. Se recomienda un consumo extra de al menos 0,4 mg. de ácido fólico diario desde la concepción y durante el primer trimestre. Es principalmente recomendado en mujeres con antecedentes de niños nacidos con defectos de tubo neural. El ácido fólico se encuentra principalmente en carnes, hígado, legumbres y vegetales verdes.
·         Vitamina A
Esta vitamina es esencial para una buena salud, y sus requerimientos aumentan, de hecho, durante el embarazo y la lactancia. Sin embargo, ingestas muy elevadas de esta vitamina se han asociado a defectos en el recién nacido.
·         Vitamina D
Está íntimamente relacionada con el calcio, y es también esencial para el desarrollo óseo del niño. Entre los alimentos más ricos en vitamina D se encuentran el pescado y los huevos.
·         Vitamina C
Es necesaria para absorber con mayor eficiencia el hierro, para la formación de tejidos y para convertir el ácido fólico en su forma activa. Se encuentra principalmente en cítricos y vegetales.

·         Vitamina B
Se encuentran en grandes cantidades en carnes, huevo, leche, cereales, legumbres, frutas y verduras.

·         Vitamina E:
Se encuentra principalmente en los aceites vegetales, frutos secos, huevos y lácteos.

·         Vitamina K: Proviene de vegetales crucíferos, como brócoli, coliflor, Bruselas.


Alimentación en la Lactancia

La leche materna se considera como uno de los mejores alimentos para el desarrollo adecuado del bebe, ya que además de contener todos los nutrimentos necesarios es muy importante para el desarrollo del bebe. Pero para que esto suceda la mamá debe de llevar una alimentación adecuada, porque de no ser así el bebe recibirá las consecuencias durante esta etapa tan importante de su desarrollo.
El periodo de lactancia debe iniciarse en las primeras horas de vida del lactante, esta primera secreción mamaria producida unas horas después del parto, se denomina calostro. Pasados entre uno y tres días, la leche materna va modificándose tanto en su consistencia como en su composición, recibiendo entonces el nombre de leche de transición, y pasados entre 3 y 7 días se secreta lo que se denomina leche madura.
Hoy en día la leche materna no debe considerarse únicamente como un alimento para el lactante. Sino que, además de ser el único alimento, contiene otros muchos componentes con finalidades muy distintas:
· Enzimas de carácter digestivo: colaboran en la digestión de los nutrientes.
 · Factores bifidógenos: favorecen la microbiota (microorganismos presentes en el intestino) del lactante e impiden el desarrollo de patógenos (microorganismos que provocan enfermedades).
· Microbiota comensal: la leche materna contiene microorganismos beneficiosos que van a colonizar el intestino del lactante.
· Factores de crecimiento y desarrollo: pueden actuar favoreciendo estos procesos en determinados tejidos.
¿Qué ocurre durante la lactancia?                        
La lactancia es un periodo de la vida en el que la madre ofrece al recién nacido un alimento cualitativa y cuánticamente adecuado a sus necesidades, la leche materna. La leche materna es una sustancia que contiene macro y micronutrientes en proporciones adecuadas y que sirve de alimento al recién nacido. Esta situación se alarga durante varios meses y obliga a una adecuación de la dieta de la madre lactante para hacer frente y cubrir de forma óptima sus necesidades y las del recién nacido, sin correr riesgo alguno para la salud de ambos.
La calidad de los alimentos consumidos por la madre tiene consecuencias directas en el volumen, composición de la leche y también sobre sus propiedades organolépticas (sabor, olor de la leche). Así alimentos como las alcachofas, coles, rábanos, ajos, cebollas y especias picantes o irritantes 4 (pimienta, pimentón, mostaza, etc.) pueden trasmitir un sabor fuerte a la leche y ser rechazada por el lactante e incluso algunos de éstos pueden desencadenarle dolores cólicos.

Cualidades de la leche materna

Resultado de imagen para cualidades de la leche maternaLa composición de la leche materna puede variar en algunos nutrientes en función de la alimentación de la madre, como por ejemplo en los ácidos grasos. La calidad de la grasa ingerida por la madre repercute en la leche materna y por consiguiente en la ingesta del bebé. Se ha asociado la ingesta de ácidos grasos w3 y w6 al desarrollo neuronal del bebé durante el primer año de vida (Innis SM, 2014). Por tanto, es importante tener una ingesta de grasas de calidad procedentes de pescados grasos, frutos secos y aceite de oliva en lugar de abusar de mantequillas, natas y carnes rojas. Además, es aconsejable que durante la lactancia se tomen alimentos ricos en vitaminas hidrosolubles presentes en frutas y verduras ya que su contenido en la leche depende de la ingesta materna de estos alimentos. Ocurre lo mismo en algunos minerales como el selenio y el yodo. Por otra parte, la cantidad de proteínas que contiene la leche puede verse afectada si la madre está desnutrida. Los demás nutrientes parece que se mantienen constantes y son independientes de la dieta.
En cuanto a las técnicas para cocinar los propios alimentos se pueden utilizar de todo tipo evitando utilizar exceso de grasas, el consumo de alcohol esta restringido ya que repercute en la nutrición del bebe en desarrollo.


Ablactación
La ablactación es la administración de alimentos diferentes a la leche, que se proporcionan al bebé cuando sus necesidades nutricionales son mayores a las que pueden cubrir la leche materna o la fórmula. La introducción de sólidos en la dieta del bebé debe llevarse a cabo de manera suave y paulatina, e iniciarse en el sexto mes de vida.
Las razones por las que debemos introducir alimentos diferentes en la dieta de un bebé son las siguientes: 
  • Necesidades nutrimentales: Tu bebé necesita grandes cantidades de energía y nutrimentos para sustentar su acelerado desarrollo en esta etapa. Por lo que, a partir del sexto mes, es necesario complementar su alimentación para prevenir carencias, especialmente de algunos minerales como el hierro
  • Desarrollo gastrointestinal: Durante los primeros meses de edad, el aparato gastrointestinal de tu hijo se encuentra inmaduro, por lo que su organismo sólo puede aprovechar lo nutrimentos que contiene la leche materna. A partir del cuarto mes de vida, empezará a producir sustancias (enzimas) que lo ayudarán a aprovechar los nutrimentos presentes en otros alimentos
  • Desarrollo físico: El periodo de ablactación debe coincidir con la desaparición del reflejo de protrusión (empujar con la lengua lo que se acerca a los labios). Hay comportamientos que facilitarán su alimentación, por ejemplo cuando tu bebé pueda sostener su cabecita, coordinar el movimiento del labio inferior hacia adentro y sentarse solo (o con tu ayuda).
El cambio de alimentación requiere ayuda y mucha paciencia. Lo primero es tener control sobre las posibles intolerancias alimenticias, es decir, cuando algún alimento produce diarrea, aumento de temperatura, estreñimiento u otro tipo de enfermedades al bebé. El organismo del bebé debe irse acostumbrando progresivamente. 
Alimentos que debes evitar
  • Durante el primer año de vida evita los alimentos altamente alergénicos, cómo la clara de huevo, los chocolates, nueces, fresas, pistaches, pescados crudos y mariscos.
  • El abuso de alimentos considerados de tradición popular como: atoles, jugo de arroz, jugo de carne, antojitos. El mal uso de ellos repercute en crecimiento y desarrollo del niño.
  • La carne de cerdo, por el alto riesgo de contraer alguna poliparasitosis como: triquinosis, Teniasis (solitaria) y cisticercosis, y por la elevación del colesterol que también se manifiesta en los niños. La hipercolesterolemia y sus repercusiones no son exclusivas de los adultos.
  • La yema de huevo cruda o tibia puede contener Salmonella, enfermedad causante de vómitos, diarreas, fiebre, malestar general, dolor abdominal, etc.
Papillas artificiales
Los alimentos envasados cumplen una función importante en nuestra vida moderna. Las papillas envasadas te pueden servir cuando sales de viaje, de día de campo o vas de visita a otras casas, además es de gran ayuda para las personas que trabajan. Las hay envasadas al alto vacío, sin conservadores o aditivos. 
Los alimentos envasados no sustituyen a los naturales, son una alternativa más en la alimentación del bebé, y debe ser el Pediatra quien oriente a los padres sobre el buen manejo dietético estos productos, recomendando sólo los de la más alta calidad. Es deber de los padres decidir cuáles productos.
Los primeros sólidos
La ablactación se inicia con alimentos semilíquidos, blandos y finalmente sólidos. En realidad no existe la necesidad de administrar alimentos sólidos antes de los cuatro meses, aunque no hay información confiable sobre la iniciación del bebé en la ingesta de alimentos sólidos.
Los padres deben ser advertidos de que la iniciación de los alimentos sólidos debe basarse en necesidades nutricionales, más que en tendencias sociales o el buen consejo de familiares, amigos y vecinos. 
La administración de jugos de frutas durante el primer año de vida tiene el inconveniente de que proporciona mucho líquido que fácilmente llega el límite de la capacidad gástrica, limitando con ello la ingesta de otros alimentos más importantes. 
Conclusiones
Para que un bebe pueda completar su desarrollo es importante que la mamá lleve a cabo un alimentación adecuada y balanceada para que el bebe reciba los nutrimentos necesarios. En esta etapa de su desarrollo es muy importante que la mama consuma solo lo necesario y lo que debería comer ya que todo aquello que ella consuma afectara al bebe, y esto a su vez puede ser muy riesgoso porque esta en desarrollo y es mas propenso a recibir enfermedades.
El primer consumo de alimentos para los niños es muy importante ya que esto definirá su salud y su desarrollo totalmente, es mejor que coman de forma adecuada y que consuman alimentos de todos los grupos, para que también puedan estar sanos y fuertes.
La alimentación es un habito que no solo es importante en nuestra etapa de bebe sino también en toda nuestra vida, ya que de ello depende que nos sintamos bien y que las enfermedades nos afecten y nos sean leves, es mejor prevenir que lamentar.









BIBLIOGRAFÍA
Embarazo y Lactancia. María Eugenia Flores-Quijano y Solange Heller- Rouassant. Departamento de Nutrición y Bioprogramación, Instituto Nacional de Perinatología «Isidro Espinosa de los Reyes», Ciudad de México, México.
Bourges, Hector. Casanueva, Esther. Rosado, J. L. Recomendaciones de Ingestión de Nutrimentos para la Población Mexicana. Bases fisioló-gicas. Tomo 2. Energía, proteínas, lípidos, hidratos de carbono y fibra. (2008)











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