TESCHI
Pesca
grupos de alimentos
Nutriciòn
Profesor: Pedro Maldonado peralta
Adriana Ramírez Márquez,
Ixpango Cano Julio Jesús
6LG12
Introducción
El pescado se
caracteriza por ser una fuente importante de nutrientes, principalmente
proteínas de alto valor biológico y grasa del tipo poliinsaturado. Contiene,
además, minerales y vitaminas, por todo ello, es un alimento de alta calidad
nutricional.
El valor
nutritivo y la calidad de los pescados, varía en función de numerosos factores:
la especie a la que pertenecen, la edad, el medio en que viven, el tipo de
alimentación, las condiciones de transporte, distribución y almacenamiento.
La cantidad de proteínas varía entre el 10 y
el 25%, el agua entre 65 y 85%, de grasa entre el 0,1 y 25% y de minerales y
oligoelementos entre el 0,8 y 2%. El pescado se clasifica en azules o blancos,
en función de su contenido de grasa, si contienen menos del 3% en grasa es
blanco, y si tienen más del 5% en grasa son azules.
Las Proteínas
del pescado son de alta calidad, similar a las de la carne, es decir, que
contienen todos los aminoácidos esenciales, con la ventaja que es un alimento
que aporta menos grasa. Entre los aminoácidos que abundan en la proteína del
pescado figura la lisina (muy necesaria para el crecimiento infantil) y el
triptófano (imprescindible para la síntesis sanguínea). La proteína del pescado
tras el tratamiento térmico, es de más fácil de digestión que la carne de
vacuno o porcino.
Los pescados, en
general, presentan un contenido calórico bajo, son buenas fuentes de proteínas
de alto valor biológico, aportan vitaminas tanto hidrosolubles como
liposolubles, así como algunos minerales. Además, muchas especies son ricas en
ácidos grasos poliinsaturados ω-3, cuyo beneficio para la salud cada vez es más
patente.
Se incluyen
dentro de los llamados alimentos proteicos, caracterizados por presentar una
cierta composición. Efectivamente, si se observa el contenido medio (relativo a
100 g de porción comestible) en macronutrientes: proteínas (P), hidratos de
carbono (HC), grasa (G); energía (E); fibra (F) y colesterol (C) de una serie
de alimentos proteicos y se compara con la ingesta recomendada (INR), nos
encontramos con la situación reflejada a continuación:
Desarrollo
Funciones
de los productos de pesca: El pescado posee
cantidades muy bajas o prácticamente nulas de hidratos de carbono. La carne del
pescado posee una razonable cantidad de vitaminas del grupo B (Vitamina B1,
Vitamina B2, Vitamina B12 y niacina). Los pescados azules, son una buena fuente
de vitamina A, D y E, por su contenido en grasa. En el pescado blanco abundan
en el hígado, mientras que en el azul o graso se encuentran en la carne. Las
sardinas son a este respecto uno de los pescados más ricos. En cuanto, a los
minerales, se destaca el yodo, el fósforo, el potasio y el zinc.
La grasa del pescado, especialmente el
azul, es rica en ácidos grasos poliinsaturados, particularmente de ácidos
grasos omega-3. Los ácidos grasos omega-3 son una serie de sustancias que
pertenecen al grupo de los ácidos grasos poliinsaturados, y que están
relacionadas con el ácido alfa-linolénico. Éste es un ácido graso de los
llamados “esenciales” porque nuestro organismo es incapaz de fabricarlo, y
tiene que ser tomado con el alimento. Los ácidos grasos omega-3 están
implicados no sólo en la maduración y el crecimiento cerebral y retiniano del
niño (por eso la leche materna lleva estos ácidos grasos), sino que intervienen
en los procesos de inflamación, coagulación, presión arterial, órganos
reproductivos y metabolismo graso.
El adecuado equilibrio en el aporte de
ácidos grasos poliinsaturados (ácidos grasos omega-3 y ácidos grasos omega-6) y
monoinsaturados (ácido oleico) se ha comprobado que tiene efectos beneficiosos
para la salud y previene la aparición de arteriosclerosis.
Función de productos de
pesca en algunas enfermedades
PESCA Y ENFERMEDADES CARDIOVASCULARES
Actualmente es indiscutible la relación entre la salud cardiovascular y la
dieta. Numerosos estudios han comprobado que la incidencia de enfermedades
cardiovasculares es superior en aquellas poblaciones con dietas ricas en ácidos
grasos saturadas y carbohidratos refinados y pobres en frutas, vegetales,
ácidos grasos monoinsaturados y poliinsaturados, en especial los ácidos grasos
omega-3. Del mismo, modo los estudios de poblaciones que consumen grandes
cantidades de grasa omega-3 de pescado han mostrado siempre una baja incidencia
en enfermedades cardiovasculares.
PESCA Y OBESIDAD El consumo de
cantidades importantes de pescados se asocia con una disminución del peso. Las
dietas ricas en pescado disminuyen la incidencia de obesidad, gracias, por
lado, al bajo aporte calórico de este alimento, y por otro, a que al consumir
pescados disminuye la ingesta de otros alimentos con mayor aporte calórico. Por
otro lado, recientes estudios en realizados animales, parecer respaldar la
posibilidad de que los ácidos grasos de pescado tengan un papel en la
modulación de las células del tejido graso.
Se ha comprobado que aquellos grupos de
personas que consumen una dieta “prudente” que incluya frutas, vegetales,
cereales y pescado presentan una menor prevalencia de obesidad y de las
enfermedades relacionadas con ella.
PESCA Y DIABETES Diversos trabajos han
demostrado que los ácidos grasos Omega-3 no afectan el azúcar en la sangre
durante el ayuno, ni a la hemoglobina glicosilada en personas que padecen de
diabetes tipo II. Aparentemente tampoco afectan los niveles de insulina en el
plasma o de resistencia a la insulina.
Beneficios de los productos de pesca
Las proteínas del pescado contienen todos los
aminoácidos esenciales humanos, por ello son de un valor nutritivo muy alto.
El pescado es un alimento fácilmente digerible, con
un contenido relativamente bajo en calorías.
Los lípidos de los pescados azules se han asociado a
una serie de efectos beneficiosos relacionados con la prevención del infarto de
miocardio y de la arterioesclerosis.
En el pescado se encuentran todas las vitaminas que
el hombre necesita para una buena nutrición. Las sardinas son uno de los
pescados más ricos en vitaminas.
Las personas que consumen mucho pescado tienen mayor
esperanza de vida.
El pescado frito y las sardinas enlatadas son una
buena fuente de calcio y de fósforo. Los Lípidos Los lípidos simples o neutros representados principalmente por los glicéridos, estéridos y esteroles, constituyen del 80% al 95% de los lípidos de depósito en los pescados grasos, mientras que los lípidos complejos, que comprenden mayoritariamente a los fosfolípidos (lecitinas, cefalinas, etc.), son más propios de los pescados magros y de los crustáceos representando, en estos casos, del 70% al 90% de los lípidos totales. Los pescados, según la cantidad de grasa que contienen se dividen en:
— Pescados magros o blancos, con un contenido graso inferior a 3% y cuyo valor calórico oscila en torno a las 80 Kcal. Ejemplos de ellos son:
Minerales. Los minerales más representativos de los
pescados y mariscos son (las cantidades se refieren a mg 100 g de porción comestible)
— Calcio. Su aporte es poco importante sobre todo en
especies de tamaño grande, no obstante, los pequeños pescados que se ingieren
con espinas —boquerones, sardinas, chanquetes— constituyen una buena fuente.
— Hierro. Presente en mayor cantidad en los pescados
de mar (mejillón, 5-6 mg; langosta, 2-3 mg) que en los de agua dulce (trucha 1
mg) y muy especialmente en los de carne oscura —la anchoa es uno de los más
ricos en este mineral—, sardina (2-3 mg). Se trata de hierro ferroso, mejor
utilizado por el organismo humano que el hierro férrico de los vegetales.
— Sodio. Su contenido en el pescado fresco oscila
entre los 20 mg/100 g (trucha, atún) y aproximadamente 140 mg/100 g (arenque,
merluza, langosta, mejillón), valores que se incrementan en la mayoría de los
productos transformados congelados, en conserva, ahumados o curados, debido a
los métodos de procesado de dichos productos.
— Potasio. El pescado fresco es generalmente una
buena fuente, contiene desde unos 200 mg/100 g (anguila, atún, carpa, mejillón)
hasta aproximadamente unos 400 mg/100 g (bacalao, salmón, sardina, trucha)
— Otros minerales: como el yodo, fósforo, flúor,
magnesio y selenio.
— En menores proporciones se encuentran el cobre,
cobalto, cinc, etc. Por su parte, los moluscos y crustáceos constituyen una
buena fuente de minerales.
Vitaminas El pescado presenta cantidades (las
indicadas se refieren a 100 g de porción comestible) variables de vitaminas
hidrosolubles del complejo B, siendo las más abundantes las vitaminas B1 o
tiamina, B2 o riboflavina y B3 o nicotinamida. En relación a la tiamina, es
preciso saber que ciertas especies marinas y de agua dulce, como es el caso por
ejemplo de los arenques, pescadillas, carpas, contienen una enzima, la
tiaminasa capaz de destruir a la vitamina B1 y por tanto impedir su utilización
por parte del organismo humano. La inactivación de la tiaminasa puede llevarse
a cabo mediante la acción del calor.
Además, pescados y mariscos como las anchoas,
almejas, arenques ostras y sardinas, son buenas fuentes de vitamina B12. Con
respecto a la vitamina C, únicamente las huevas frescas de pescado y la carne
de salmón la tienen en concentraciones moderadas.
Las vitaminas liposolubles A y D abundan en el
hígado de los pescados —hígado de bacalao— (existen moluscos muy ricos en
carotenos —provitamina A— como los mejillones), mientras que la vitamina E se
encuentra en proporciones significativas en diversos pescados.
Bibliografía
Fontanillo, J. A.
(2005). El pescado en la dieta. España: Nueva imprenta S.A.
G, u. (2002). alimentos
proteicos. Madrid : Ergon.
J, m. p. (2001). tablas de
omposicion de alimentos . ediciones piramide .
Moreiras O, C. A. (1992). la
composicion de los alimentos . Madrid: Eudema.
Vivanico F, P. J. (1984). Alimentacion
y nutricion. Madrid: ministerio de calidad y consumo.
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